Me acabo de enterar que ya no estás más entre nosotros. Que en tu funeral estuvieron cientos de personas: los maestros, de los que siempre fuiste tu el maestro, los teatreros a quienes siempre estimulaste, financiaste y perdonaste, los obreros que te despidieron cantando La Internacional, los tiras que siempre te persiguieron, los camaradas que no te perdonaron que les hubieras preguntado ¿Qué pasó?, en fin, mucha gente que te quería y te seguirá queriendo.
Todos menos yo, viejo amigo.
Es que no leo noticias, es que cada vez me provoca menos contestar llamadas telefónicas, es que cada vez prefiero ignorar mis muertos.
Sin duda, donde estés, vas a estar bien, vas a estar hablando mierda, pero de la importante y de lo importante de hablar mierda. Sin duda estarás recitando algun poema, inventándote una historia, echando un cuento, suspirando por una mujer bella.
Mi hermano, si que me vas a hacer falta.
Es que se nos quedaron muchos libros por publicar, muchos proyectos a medio camino, historias interminables, cosas que callamos o que no quisimos mencionar.
Adios Comandante Ombú
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