
Y que vos allá,
sofocada de calor y de humedad...
Puede que él allá,
asfixiado de ansiedades,
navegando en el sofá de las desdichas
te guíe segura al puerto
donde esperan los gatos
para saborearte con la cola.
Puede que mañana haya un puerto
adonde se puedan atracar los huesos
y no cobren la renta por mensualidades.
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